CUIDADO CON LO QUE DESEES

El retrato de Dorian Gray es una de las piedras angulares en los debates entre la ética y la estética, el bien y el mal, el arte y la vida. Un clásico de la literatura que sigue asombrando a todo tipo de lectores.

YANARI DE JESÚS HERNÁNDEZ GRASSET, estudiante de primer año de Periodismo, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.

El retrato de Dorian Gray es una novela escrita por el autor irlandés Oscar Wilde, originalmente publicada el 20 de junio de 1890 como cuento y luego adaptada para publicarse como novela en 1891. La Editorial Corona Borealis en su versión amplia ha publicado la obra con 248 páginas.

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Oscar Wilde, autor de la novela El Retrato de Dorian Gray, es considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío. En foto destacada: Portada de la edición número 1 del Retrato de Dorian Gray (Fotos: Tomadas de Internet). 

La historia comienza cuando Basil Hallward, pintor de cierto renombre, y Lord Henry Wotton, aristócrata malicioso y sardónico, están reunidos en casa del primero, contemplando y discutiendo sobre uno de los últimos cuadros del artista: el retrato de un apuesto joven que enseguida capta de forma especial el interés de Lord Henry.

Basil pasa a explicar a continuación cómo conoció a Dorian Gray y por qué se niega a exponer el retrato cuando, de repente, el mismísimo Dorian aparece en escena.

La complicidad que surge entre Lord Henry y el joven Dorian Gray es  inmediata. Ambos comienzan una conversación extensa y bastante jugosa en la que Henry revela, entre otras muchas cosas, el que es para él el verdadero valor de un ser humano: su juventud.

Las palabras de Henry ejercen una poderosa influencia sobre Dorian, hasta tal punto que el muchacho empieza a sentir envidia hacia su propio retrato, a sabiendas de que su imagen siempre permanecerá intacta mientras que el paso del tiempo irá dejando cada vez más arrugas, manchas e imperfecciones sobre su delicado rostro.

Es entonces cuando, medio en serio, medio en broma, Dorian expresa su deseo de permanecer joven y apuesto por toda la eternidad, siendo el retrato el que sufra las consecuencias de la vejez y de los pecados que Dorian cometa.

A raíz de este encuentro algo cambia en el interior de Mr. Gray, quien entre acto y acto conoce a Sibyl Vane, una joven actriz en ciernes cuya maravillosa ejecución a la hora de interpretar las obras es lo que despierta la chispa del amor en el corazón de Dorian.

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Más que una novela, a veces da la sensación de estar leyendo un ensayo sobre arte y sus numerosas manifestaciones.

Sin embargo, cuando Dorian le confiesa a Sibyl lo que siente por ella, la muchacha empeora enormemente sus trabajos como actriz y, como consecuencia, deja de ser objeto de deseo para nuestro protagonista. El daño causado a Sibyl será el primero de los «crímenes» que Dorian cometerá a lo largo de la historia y será el inicio de un proceso de decadencia tanto moral como física que, por suerte o para desgracia de Dorian, sólo se verá reflejado en el retrato que descansa oculto en su casa.

El planteamiento de la novela es bastante sugerente y el enorme carisma de los protagonistas contribuye en gran medida a que las páginas se vayan pasando solas. Desde el mismo principio de la obra se nos presenta a los tres personajes principales, cada uno con su carácter y su papel en el desarrollo de la trama muy bien definido, por lo que no se llega a echar en falta la aparición de otros personajes secundarios.

Asimismo, la relación que existe entre las tres partes de este «triángulo» resulta en ocasiones caricaturesca, una amistad demasiado ambigua en ciertos aspectos, casi rozando el enamoramiento. De todas formas, más que una novela, a veces da la sensación de estar leyendo un ensayo sobre arte y sus numerosas manifestaciones, dados los extensos parlamentos filosóficos que con frecuencia aparecen.

Aun así, El retrato de Dorian Gray es un libro interesante, que merece la pena leer y que hace reflexionar en más de un asunto, una novela escrita de forma impecable, sencilla y ágil, si bien a partir de las primeras 100 ó 150 páginas y hasta el final de la obra, el aspecto argumental decae un poco. No obstante, es un libro que habla sobre la efímera juventud y señala que se puede optar por vivir al máximo aunque tenga consecuencias en el alma que, en el caso de Dorian, resultan al final sean demasiado pesadas.

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