ADICCIÓN TECNOLÓGICA  

Los juegos en  consolas y computadoras dejan de lado a los tradicionales y se convierten en parte de la vida de muchas personas, creando situaciones de dependencia.

LAURA FARIÑAS NARANJO

En un mundo donde la tecnología forma parte de la cotidianeidad, el uso de los videojuegos es cada vez más común. Jugarlos no tiene nada de malo, ellos constituyen una vía de distracción y estimulan la concentración, pero cuando se abusa del tiempo que se pasa frente a las consolas, puede llegar a convertirse en adicción.

El Centro de Psicología de Bilbao, España, define la adicción a los videojuegos (consolas, móviles, ordenadores, etc.) como una fuerte dependencia hacia los mismos, caracterizada por ser una actividad que ocupa demasiado tiempo en la vida de las personas y se continúa practicando a pesar de conllevar a consecuencias negativas.

Esta fascinación por los videojuegos se enmarca dentro de las adicciones comportamentales, es decir, aquellas sin sustancias o no tóxicas. Aunque existen fuertes contradicciones, pues varios expertos apuntan que en este caso no se debe emplear el término de adicción, sino que se trata de una afición; mientras que otros consideran que sí se trata de una adicción, porque aunque no existe un diagnóstico concreto que lo demuestre, los amantes de las consolas presentan en su comportamiento síntomas similares al de los drogadictos o los alcohólicos.

Los niños y adolescentes, al estar más familiarizados con las nuevas tecnologías, son más propensos a enviciarse con los juegos digitales, por lo que resultan la población más vulnerable ante los daños físicos y psicológicos que este hecho pueda ocasionar.

En la actualidad, entre los videojuegos más populares se encuentran los de rol, aventura, acción, simulación y carreras. Los jugadores prefieren, además, la opción de jugar en línea, pues les permite interactuar con otras personas.

¿Eres adicto a los videojuegos?

Un grupo de expertos de la Universidad Ghent, de Bélgica, clasificaron a 154 adolescentes de 14 años en función de la cantidad de horas semanales que les dedicaban a los videojuegos. A través de resonancias magnéticas encontraron que los que con mayor frecuencia jugaban tenían más desarrollado el estriado ventral izquierdo, área del cerebro relacionada con la recompensa y el bienestar. Esta característica está asociada con las personas que poseen conductas compulsivas.

Según el artículo “La adicción a los videojuegos”, de la psicóloga española Alicia Jiménez Villafuerte, entre los principales síntomas que permiten reconocer si una persona abusa de los videojuegos se encuentran: ira descontrolada, descenso del rendimiento escolar, aislamiento de amigos y familiares por el hecho de preferir jugar durante más horas y no saber controlar el tiempo que se pasa frente a la pantalla. 

La persona que parece estar embelesada al jugar, sin atender cuando le llaman, no aparta la vista de la pantalla, presenta dificultades para conciliar el sueño y tiene la necesidad de jugar cada vez más, puede estar creando una especie de dependencia hacia los controles y mandos.

Influencias en la salud

La adicción por estos juegos digitales causa la disminución de ejercicios físicos y los juegos al aire libre, lo que trae una tendencia al sedentarismo y con ello la aparición de problemas del corazón como la hipertensión o la obesidad.

Esta adicción provoca, además, ansiedad, aislamiento social, irritabilidad e ira si se les interrumpe mientras juegan, bruscos cambios de humor, disminución del rendimiento académico y abandono de actividades que antes se realizaban con frecuencia para poder estar el mayor tiempo posible jugando.

La pediatra Mariolis Hernández Acosta, trabajadora del hospital municipal de Jagüey Grande, Matanzas, asevera que pasar muchas horas jugando frente a una computadora o consola provoca que se pierda la noción del tiempo: “Esto trae consigo que los horarios de alimentación se posterguen o se acuda a la comida rápida (pizzas, panes, papas fritas). De esta manera pueden aparecer enfermedades como la anemia o el aumento del colesterol”.

La especialista plantea que “la concentración en el juego es tanta, que muchas veces, ocurre un aislamiento del entorno en el que se encuentran”. Destaca también el hecho del contenido violento de la mayoría de los videojuegos, lo que influye de manera negativa en la conducta y comportamiento de los niños y adolescentes.

Cada vez estos videojuegos son más realistas y en ellos el protagonista puede pelear o matar a su antojo, siendo recompensado por ello con el aumento de nivel o de vidas. A través del juego se transgreden todo tipo de normas sociales, lo que ocasiona que muchas veces los jugadores, principalmente los adolescentes, piensen que pueden llevar esto a la vida real.

Pese a todas las afectaciones, un uso adecuado de los videojuegos, ayuda a la estimulación de la lógica, la visión, la concentración, el trabajo en equipo, la deducción y el desarrollo de actividades de coordinación.

La tecnología va en avance y las grandes compañías diseñadoras de videojuegos producen cada vez más y con mayor calidad. No dejemos que pantallas, consolas, mandos y seres ficticios se conviertan en protagonistas de nuestra vida.

Ficha técnica:       

Asunto a tratar: Los riesgos para la salud que provoca la adicción a los videojuegos.

Tipo de título: Genérico.

Tipo de entrada: De contraste.

Tipo de conclusiones: Explícita.

Tipo de fuentes: Directas: Pediatra del Hospital de Jagüey Grande, Mariolis Hernández Acosta. // Documentales: Centro de Psicología de Bilbao, España. // Investigación sobre la adicción a los videojuegos, publicada por el portal argentino clarín.com. // “La adicción a los videojuegos”, de la psicóloga española, Alicia Jiménez Villafuerte.

Recursos empleados:

Definición: El Centro de Psicología de Bilbao, España, define la adicción a los videojuegos (consolas, móviles, ordenadores, etc.) como una fuerte dependencia hacia los mismos, caracterizada por ser una actividad que ocupa demasiado tiempo en la vida de las personas y se continúa practicando a pesar de conllevar a consecuencias negativas.

Ejemplificación: Esta adicción provoca, además, ansiedad, aislamiento social, irritabilidad e ira si se les interrumpe mientras juegan, bruscos cambios de humor, disminución del rendimiento académico y abandono de actividades que antes se realizaban con frecuencia para poder estar el mayor tiempo posible jugando.

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