LA INCONSCIENCIA ES YORUBA Y ATEA TAMBIÉN

Las ofrendas de las prácticas santeras de origen africano que se encuentran en muchas esquinas de La Habana, constituyen un elemento clave en la contaminación y la falta de higiene de la ciudad.

Texto y fotos: JESÚS MICHEL LABAUT BARCAZ, estudiante de primer año de Periodismo, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.

Altar del Orisha Changó. Es asociado como parte del proceso de sincretismo a Santa Bárbara. Elementos comunes en las fiestas de la religión yoruba son los dulces y caramelos (Foto: Tomada de https://asheandmoneyinsanteria.wordpress.com). En foto destacada: Ofrenda en Estrella y Águila, 24 horas después de ser depositada. Se pueden apreciar los elementos en proceso de descomposición.

El siempre oportuno “¡voy, voy, voy!” de un bicitaxista y un perro que corre con la meta de perseguirlo, impiden el paso. Sin más opción, al esperar en una esquina para cruzar la calle, es difícil no percibir el hedor proveniente de un saco a medio abrir. Además, una cabeza de cerdo dentro de una vasija de barro y un enjambre de moscas, coprotagonizan la escena.

¿Cuánto tiempo llevará eso ahí? -me pregunto-. Sin embargo, nadie parece reaccionar al panorama en cuestión, por el contrario, forma parte del día a día de aquellos que viven en la intersección de las calles Águila y Estrella, en Centro Habana.

Orígenes de las prácticas yorubas en Cuba

En el libro Los Orishas en Cuba, laexperta en religiones afrocubanas Natalia Bolívar Aróstegui, narra que los esclavos africanos introducidos en Cuba a partir del siglo XVI, eran en su mayoría yorubas, pues hablaban la misma lengua, aunque no provenían de tribus iguales.

Fueron convertidos al catolicismo por la fuerza y, para conservar sus tradiciones religiosas, establecieron una relación entre las figuras mágicas que les acompañaban y los santos católicos (sincretismo). Su mayor legado a nuestra cultura e identidad cubanas es el panteón de deidades u orishas, núcleo fundamental de lo que conocemos hoy como religión yoruba.

De acuerdo con el Diccionario básico de religiones de origen africano en Cuba, del periodista e investigador folclórico Luis Esteban Ramírez Cabrera; los alimentos, animales y plantas que están presentes en las ceibas, iglesias, esquinas; responden a dos prácticas fundamentales de la religión yoruba: los ebbó y los addimú.

Los primeros son trabajos de santería, limpieza y purificación. Se realizan con el fin de alejar un mal (osogbo) o de propiciar un beneficio. Por otra parte, los addimú son ofrendas a los orishas y consisten en viandas, frutas y animales “de plumas” o “de cuatro patas”, de cuya sangre (eyelé), en muchas ocasiones, solamente “comen los santos”.

Los antropólogos Jesús Guanche Pérez y Carmen Corral Barrero, en el Diccionario Etnográfico Los pueblos del Caribe Insular y de México- Centroamérica, del año 2015, exponen que, en Cuba, el 85 por ciento de la población creyente, practica religiones populares de estirpe africana, con diversos niveles de sincretismo entre catolicismo y espiritismo.

¿Cómo debería ser y cómo es?

En relación a las ofrendas religiosas depositadas en las esquinas de la ciudad, el presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, José Manuel Pérez Andino, aboga por la higiene ambiental a la par de la fe. “Después de terminada la ceremonia, las ofrendas se llevan al lugar en cuestión y, luego de diez minutos, se retiran”, explica.

Vertedero localizado en las calles Franco y Benjumeda, en Pueblo Nuevo, municipio Centro Habana. Entre los elementos que aparecen destacan las vísceras, yerbas y plumas.

Es importante tener en cuenta que la Asociación Cultural Yoruba de Cuba cuenta con 34 000 miembros en todo el país. Sin embargo, este número es muy pequeño en comparación con la cantidad de practicantes que se estiman en la isla.

Refiriéndose a la forma en que se practican las religiones yorubas, René Cárdenas Medina, sociólogo y profesor de la Cátedra de Religión de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, expone en el artículo Religión, producción de sentido y Revolución, de la revista Temas de 1995, que la población cubana vive su religiosidad mayoritariamente desvinculada de organizaciones religiosas, con un alto grado de inmediatez y sentido práctico en función de la solución de problemas de la vida cotidiana.

Un ejemplo de quienes no pertenecen a ninguna afiliación religiosa, es Yoan Russet Salas, babalawo desde hace siete meses. Como practicante cuenta que al santo se le pregunta dónde va la ofrenda y según él diga, se coloca. La idea es que, al descomponerse la comida o el animal muerto, vuelvan a la tierra, como parte del ciclo.

Diferente es el criterio de José Antonio Leal Bernal, quien es babalawo hace 59 años y opina: “No vivimos solos en una sociedad y es importante cumplir con las normas de convivencia social. Es muy difícil que cada quien piense así, pues son años de malas prácticas y, por su parte, las entidades competentes no toman medidas”.

Muchos practicantes para ostentar y sentirse superiores a otros, realizan ofrendas exageradas y no desde la esencia de la fe en sí misma. No es necesario llegar a esos extremos, pues perjudican el bienestar y la salud. Así interpreta las causas de estos comportamientos María Antonia Alfonso García, quien ha practicado la santería por 20 años.

Virgen de Regla o Yemayá en la religión yoruba. Desde el catolicismo se asocia a la bahía y como orisha al mar (Foto: Tomada de http://www.digitaljournal.com).

Por el contrario, Thairumy Rangel Chirino, religiosa desde 2013, dice: “Dejo lo que me pide el santo en la esquina porque todos los días debe pasar el camión de la basura. Es verdad, es antihigiénico, pero así es como yo lo hago, porque el santo lo pide”.

No existe una forma correcta de llevar a cabo estas prácticas, pues la religión yoruba es transmitida a través de la oralidad y los rituales pasan por la subjetividad de quienes los realizan. Sin embargo, Natalia Bolívar Aróstegui, destacada etnóloga y autora de más de veinte libros relacionados con las tradiciones afrocubanas, opina que dichas prácticas son parte de un boom religioso, condicionado por una compleja situación económica y la inconsciencia de una sociedad en crisis.

Las instituciones también tienen vela en este entierro

Como representante de la entidad responsable de delimitar dónde y cómo se deben depositar las ofrendas religiosas, para no influir negativamente en la salud de la población, la subdirectora del Departamento de Salud Ambiental del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de La Habana, doctora Rosa María Ledesma, aclara que el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) no cuenta con ninguna regulación acerca de las prácticas afrocubanas y no se ha realizado ningún estudio al respecto.

A pesar de esto, “si las ofrendas se localizan cerca de un centro de venta o elaboración de alimentos, es muy probable que proliferen enfermedades, a través de vectores tales como moscas y roedores”, confiesa.

-Entonces… me pregunto- ¿cómo es posible que no exista ningún tipo de norma para regular un comportamiento tan poco higiénico en nuestro país?  

La jurista Yaraí Toledo Barrios, especialista de la Cátedra de Derecho Ambiental de la Universidad de La Habana, explica que el código penal cubano recoge como delito la propagación de epidemias, sin embargo, no se refiere a desechos de prácticas religiosas específicamente. Una sanción de privación de libertad no aplica para estas conductas, pues sería excesiva. Por otra parte, las multas sí constituyen una vía para controlar comportamientos que implican un peligro para la salud de la población.

La poca acción de las autoridades encargadas de sancionar a los responsables, influye en gran medida en la proliferación de las ofrendas religiosas. “Existe un déficit de jefes de sectores, pues de doce posibles, solo se encuentran activos tres. Además, no hay inspectores y, por tanto, no son multados aquellos que depositan las ofrendas en esquinas, iglesias, portales”, cuenta María de los Ángeles Carrazana, delegada de la Circunscripción 18, del Consejo Popular Los Sitios, Centro Habana.

El fin de una cadena de acción defectuosa es Servicios Comunales, donde cae todo el peso de lidiar con el problema de la negligencia estatal. José García Rodríguez, recogedor o picker, declara que, con mucho respeto y cuidado, los desechos de corte religioso se recogen con la mano y se echan en el tanque. Ese es su nuestro trabajo.

Misceláneos o recogedores en camiones de Servicios Comunales. Trabajan en conjunto con el carro encargado de vaciar los tanques, pues eliminan los desechos localizados fuera del contenedor.

En cambio, Eduardo Fresni Calderón, quien se desempeña como recogedor en camión, también en Comunales de Centro Habana, expresa: “Yo no toco nada que tenga que ver con brujería. No soy creyente, pero… eso es mejor no tenerlo cerca”. Por supuesto, Eduardo no es quien único piensa así y eso se refleja en ofrendas que transitan por todas las fases de descomposición sin ser recogidas o eliminadas.

Por el momento, la cabeza de cerdo y el saco del misterio seguirán pudriéndose en una esquina rodeada de establecimientos gastronómicos. Solo queda esperar y “pedir” por una ciudad maravilla en todo el sentido de la palabra.  

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de entrada: Narrativa, descriptiva.

Tipo de cuerpo: Contradicción o debate.

Tipo de transiciones: Destacar un contraste entre los elementos que se desea vincular.

Tipo de cierre: De cierre de caso.

Tema: Las ofrendas pertenecientes a la religión yoruba en las calles y esquinas del municipio Centro Habana.

Situación problémica: El impacto que tienen las prácticas de origen africano en el entorno y sus posibles consecuencias.

Objetivo principal: Delimitar cuál es la forma correcta de realizar estos ritos religiosos y esclarecer los motivos por los que se llevan a cabo de una forma muy diferente.

Objetivos colaterales: Evidenciar la posición institucional en referencia al tema en cuestión y comparar dos zonas de un mismo municipio con diferentes características.

Estrategia de fuentes:

Directas: 1. José Manuel Pérez Andino, Presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba. Tipo de fuente: Experta. Tipo de juicio: Analítico: “Después de terminada la ceremonia, las ofrendas se llevan al lugar en cuestión y, luego de diez minutos, se retiran”. // 2. Yoan Russet Salas, babalawo desde hace 7 meses no perteneciente a la Asociación Yoruba. Tipo de fuente: Protagonista. Tipo de juicio: De valor: Al santo se le pregunta dónde va la ofrenda y según él diga, se coloca. La idea es que, al descomponerse la comida o el animal muerto, vuelvan a la tierra, como parte del ciclo. // 3. José Antonio Leal Bernal, quien es babalawo hace 59 años. Tipo de fuente: Protagonista. Tipo de juicio: De valor: “no vivimos solos en una sociedad y es importante cumplir con las normas de convivencia social. Es muy difícil que cada cual piense así, pues son años de malas prácticas y, por su parte, las entidades competentes no toman medidas”. // 4. Thairumy Rangel Chirino, religiosa desde 2013. Tipo de fuente: Protagonista. Tipo de juicio: De valor: “dejo lo que me pide el santo en la esquina porque todos los días debe pasar el camión de la basura. Es verdad, es antihigiénico, pero así es como yo lo hago, porque el santo lo pide”. // 5. María Antonia Alfonso García, quien ha practicado la santería por 20 años. Tipo de fuente: Protagonista. Tipo de juicio: De valor: Muchos practicantes para ostentar y sentirse superiores a otros, realizan ofrendas exageradas y no desde la esencia de la fe en sí misma. No es necesario llegar a esos extremos, pues perjudican el bienestar y la salud. // 6. Doctora Rosa María Ledesma, Subdirectora del Departamento de Salud Ambiental del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de La Habana. Tipo de fuente: Experta. Tipo de juicio: Analítico: “si las ofrendas se localizan cerca de un centro de venta o elaboración de alimentos, es muy probable que proliferen enfermedades, a través de vectores tales como moscas y roedores”.77 7. José García Rodríguez, recogedor o picker de Servicios Comunales del Municipio de Centro Habana. Tipo de fuente. Protagonista. Tipo de juicio: De valor: con mucho respeto y cuidado, los desechos de corte religioso se recogen con la mano y se echan en el tanque. Ese es su nuestro trabajo. // 8. Eduardo Fresni Calderón, recogedor en camión, en Comunales de Centro Habana. Tipo de fuente: Protagonista. Tipo de juicio: De valor: “yo no toco nada que tenga que ver con brujería. No soy creyente, pero… eso es mejor no tenerlo cerca”. // 9. Yaraí Toledo Barrios, Licenciada en Derecho y especialista de la Cátedra de Derecho Ambiental de la Universidad de La Habana. Tipo de fuente: Especialista. Tipo de juicio: Analítico: Una sanción de privación de libertad no aplica para estas conductas, pues sería excesiva. Por otra parte, las multas sí constituyen una vía para controlar comportamientos que implican un peligro para la salud de la población. // 10. María de los Ángeles Carrazana, Delegada de la Circunscripción 18, Consejo Popular Los Sitios. Tipo de fuente: Testigo. Tipo de juicio: Analítico: “Existe un déficit de jefes de sectores, pues de doce posibles, solo se encuentran activos tres. Además, no hay inspectores y, por tanto, no son multados aquellos que depositan las ofrendas en esquinas, iglesias, portales”. // 11. Natalia Bolívar Aróstegui, pintora, etnóloga y escritora. Tipo de fuente: Experta. Tipo de juicio: Analítico:dichas prácticas son parte de un boom religioso, condicionado por una compleja situación económica y la inconsciencia de una sociedad en crisis.

Documentales: Los Orishas en Cuba. Natalia Bolívar Aróstegui. Instituto Cubano del Libro, Editorial José Martí, 2017. 77 Diccionario Etnográfico Los pueblos del Caribe Insular y de México- Centroamérica. Jesús Guanche Pérez y Carmen Corral Barrero. Instituto Cubano del Libro, Editorial Ciencias Sociales, 2015. // Diccionario básico de religiones de origen africano en Cuba. Luis Esteban Ramírez Cabrera. Instituto Cubano del Libro, Editorial Oriente, 2014. // Religión, producción de sentido y Revolución. René Cárdenas Medina. Revista Temas, 6 de octubre de 1995.

Soportes a emplear

Hecho: La presencia de ofrendas religiosas en las calles y esquinas de La Habana.

Contexto: Los factores que causan esta conducta, además de las entidades estatales que no solucionan los problemas.

Antecedentes: Los 500 años de tradiciones afrocubanas y el proceso de sincretismo religioso por el que pasó la religión yoruba.

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